Cuando el móvil no se enciende, no mantiene la carga  o se descarga de forma repentina, pasando de tener por ejemplo,  90%  de batería a un 10% en cuestión de minutos, entonces es  probable que necesite una batería nueva. También puede ocurrir que la batería se hinche, sobre todo si ha entrado humedad, por exceso de calor o porque el cargador usado no tenía la potencia correcta. Uno de los síntomas es que el celular  disipa un líquido blanco o la tapa no encaja correctamente y se nota más grueso de lo normal.

Por lo general, las baterías de iones de litio que tienen los teléfonos celulares y miden la duración de la carga mediante ciclos (entre 300 y 500 ciclos de carga y descarga). Si lo usas mucho y lo recargas de manera frecuente, en poco más de un año podrías empezar a notar una disminución en la duración de la batería mientras el teléfono está desconectado y encendido.

Es importante monitorear cuánta energía consumen las aplicaciones para utilizar menos esos programas que  más consumen. Las pantallas gastan mucha energía de la batería, así que ajusta el brillo a un nivel más tenue o activa el brillo automático para que la pantalla se adapte al entorno; configurar la pantalla para que se apague de manera automática después de un periodo corto también ayuda a ahorrar energía.

Sustituir la batería alarga mucho la vida del teléfono celular y mejora su desempeño. Dado que las baterías tienen una vida limitada, se recomienda reemplazarlas cada dos o tres años por una nueva.